miércoles, 15 de mayo de 2019

¿Y tú de que tienes que ser limpio?

¿Has leído o escuchado alguna vez la historia de Naamán?
Si no es así déjame hacerte un resumen.
En el maravilloso libro de la Biblia, en 2 Reyes capítulo 5 encontramos la historia de Naamán, se dice que este era un General muy importante del rey de Siria, poseía alta estima y era un hombre valeroso en extremo, sin embargo tenía una enfermedad que lo agobiaba, esta era la lepra. Su esposa tenía una sierva, la cual le recomendó que fuese a visitar a un profeta que se encontraba en Samaria y este podría darle indicaciones para que fuese sano. Al escuchar el consejo, Naamán lo contó al rey, quien le dijo que fuese en busca del profeta, que él le haría carta de recomendación y además le dijo que llevara plata, oro y mudas de vestidos.
Naamán llegó con sus caballos y carros y se paró a las puertas de la casa de Eliseo el profeta, entonces este le envió un mensajero a decirle: "Ve y lávate siete veces en el Jordán; tu carne se restaurará y serás limpio". Pero Naamán se fue enojado diciendo: " Yo que pensaba: " De seguro saldrá enseguida, y puesto en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, alzará su mano, tocará la parte enferma y sanará la lepra" "mejores ríos hay en Damasco, si me lavo en ellos ¿no quedaré limpio también?...y muy enojado se fue allí. ¿Por qué habrá reaccionado Naamán así?
Viendo sus siervos su enojo, se le acercaron y dijeron: Padre mío, si el profeta te hubiera mandado a hacer algo más difícil ¿no lo harías? ve ahora y lávate como se te ha dicho. Y Naamán fue y se zambulló 7 veces en el río Jordán conforme a la palabra del varón de Dios y su carne se volvió como la de un niño y quedó limpio. Luego de esto Naamán reconoció que no había otro Dios en la tierra.

Sabes, tal vez la historia de Naamán se repita en nuestras vidas, tal vez tu lepra no sea la de Naamán, puede que sea otra enfermedad, un problema económico, emocional, de pareja, de familia, en tus estudios, una situación límite. ¿Cómo procuramos nosotros resolver esa situación límite de nuestra vida? Esta historia nos enseña que aún los problemas más grandes que nos marginan, nos lastiman, se pueden resolver únicamente de una manera, a la manera de Dios, no es con cartas de recomendación, no es con oro, no es con plata, no es con nuestra inteligencia y poder, es aceptando el plan, la voluntad y la indicación de Dios, recuerda, NO ES A TU MANERA, ES A LA MANERA DE DIOS.
Ten paz, entrégate a Dios, deja que él actúe conforme a su voluntad aún cuando no la comprendamos, te aseguro que solo él podrá limpiarte y ayudarte, solo él sabe que es lo mejor para tí. Deja que el corra contigo esta carrera.
Bendiciones.