¿Te has dado cuenta de cuán menos sonríe hoy en día la gente? Si, pues sí, quizás tú seas de los que cuando van caminando por la calle le sonríes a cualquier persona aún sin conocerla, de los que dicen buenos días o buenas tardes. Sin embargo te das cuenta que hoy en día las personas han dejado de sonreír, ¿será que vivimos más ajetreados que antes, será que la tecnología del siglo XXI nos está convirtiendo en personas asociales, será que tengo tantos problemas que no me permiten prestar atención a los pequeños detalles como una sonrisa? ¿Qué nos está sucediendo? Probablemente muchas de las hipótesis anteriormente mencionadas sean las causas por las cuales las personas han dejado de sonreir, pero déjame decirte algo, si eres de los que siempre sonríes, bien por ti, no dejes de cultivar ese hábito, pero de lo contrario, si eres de los que nunca sonríes porque te la pasas quejando de que tu vida es un asco, o te la pasas tan ajetreado que no tienes ni tiempo de sonreír, déjame decirte que estás desperdiciendo uno de los dones más bonitos, ¡tu sonrisa! No desperdicies la oportunidad de mostrar una sonrisa a pesar de lo que estés atravesando, recuerda que la sonrisa es la medicina del alma, por lo tanto te traerá muchos beneficios y bienestar. Además recuerda que el creador del universo, tu creador, puede no sólo dibujarte una sonrisa en tu rostro, sino también ayudarte a salir adelante de tus problemas. ¡Por lo tanto, no dejes de sonreir a todo!
Como dice el poeta Julián Marchena: "No desesperes nunca. La sombra es precursora
de la luz que hay en ti. Detrás de la amargura
que empeña el cristal nítido de un alma soñadora
irradia la sonrisa que todo lo depura.
Practica la severa virtud de ser sincero;
fortalece tu espíritu para que seas blando,
y si el dolor te hiere con su puñal certero
¡sé como las guitarras que sollozan cantando!
Pero, eso sí, no dejes de sonreír a todo
a través de la niebla de tu melancolía;
derrama tu perfume, que es la bondad, al modo
de una flor, aunque sepas que has de durar un día…"
